Un futbolista inglés trata de censurar a los usuarios de Twitter

Recientemente se ha hecho célebre el caso del futbolista inglés que ha puesto una demanda contra Twitter y sus usuarios por publicar información que viola su intimidad. El caso es el siguiente: El futbolista en cuestión tuvo una aventura extramatrimonial durante siete meses con la modelo Imogen Thomas, relación que finalmente terminó saliendo a la luz pública. Con objeto de proteger a su familia y su propia intimidad, el jugador solicitó al juez protección para que su nombre no pudiera aparecer en los medios de comunicación relacionado con este asunto. El juez atendió la petición y los medios ingleses, que al parecer son más respetuosos con estos asuntos que los españoles, aparcaron el tema, o al menos dejaron de mencionar el nombre del futbolista en cuestión.

Pero claro, en el año 2011 las cosas no son tan fáciles. El nombre del jugador ha trascendido y en Twitter se discute abiertamente el asunto, por lo que el jugador ha interpuesto una demanda contra la mencionada red social y todos los usuarios que han comentado acerca del asunto relacionándolo directamente con su nombre. Ya decía el viernes, en referencia al movimiento #acampadasol, que Internet nos ha convertido a todos en potenciales comunicadores. Este señor podrá querellarse todo lo que quiera contra Twitter, pero, ¿Se puede censurar a 200 millones de potenciales editores? A lo mejor consigue poner algunas puertas al campo, impedir que su nombre aparezca en las búsquedas de Google o ganar alguna que otra pequeña batalla, pero de carácter testimonial. La información está en la calle y contra eso nada se puede hacer ya. Es como si se dedicara a visitar todos los bares del país para advertirle a todo el que se esté tomando una cerveza que no se puede comentar este asunto.

Lo mejor de todo es que con su demanda a Twitter, este jugador cuyo nombre todos conocemos pero que no voy a mencionar (para eso está Google) no ha conseguido sino dar más presencia en la Red a su affaire. Mejor le hubiera ido si se hubiera quedado en su casita con su mujer y sus niños.