Chromebooks: Cinco cosas que hay que saber

Hace poco escribía un artículo en el que intentaba aclarar algunos conceptos clave acerca de los Chromebooks. Casi tres semanas después de su lanzamiento, y sin que hayan llegado aún a España de manera oficial, no tenemos aún una visión muy clara de hacia dónde conduce la aventura de Google.

Resulta interesante leer el editorial de Lauren Brousell en Computer World acerca de los Chromebooks y cómo entiende él el futuro de la filosofía de Chrome OS. A continuación paso a resumir muy brevemente los puntos sobre los que basa su artículo, incluyendo mi apreciación personal al respecto.

1. La implantación en el mercado será lenta.

A diferencia de otros tipos de dispositivos, los equipos basados en Chrome OS requieren un cambio de mentalidad por parte de los usuarios, que tendrán que adaptarse a la nueva filosofía e interfaz. Según mi opinión, éste es uno de los principales obstáculos para el triunfo de los Chromebooks. El mundo de las TI se mueve muy rápido y caben pocos matices. Si no triunfas en muy poco tiempo, puede decirse que has fracasado. Esto lo sabe Google, y a buen seguro la oleada de acontecimientos y lanzamientos recientes (Google+ incluido) forman parte de una estrategia global para cambiar la dirección del mercado.

2. La conectividad afectará la usabilidad.

Esto ha quedado claro desde el principio, y si no, los detractores de Chrome OS se encargarán de recordárnoslo todos los días. ¿Es esto tan grave? Pues depende para qué se use el equipo. En mi caso, soy usuario de Windows y la conectividad de mi equipo también afecta la usabilidad. Tanto es así que, si no tengo conexión, ni me planteo encenderlo. En cualquier caso, estoy completamente seguro de que el mercado de aplicaciones de Google Chrome cada vez tenderá más al desarrollo de aplicaciones con capacidades offline. Al fin y al cabo, ¿necesitamos el conjunto completo de los datos de nuestro disco duro en cualquier momento, o nos basta, en periodos sin conexión, con los cuatro ficheros básicos sobre los que estamos trabajando?

3. El precio no está mal para algunos usuarios.

Según Brousell, usuarios con determinado perfil y que no requieran de ciertas funcionalidades, pueden adquirir un Chromebook por un precio inferior a un portátil y cubrir todas sus necesidades informáticas. Personalmente estoy de acuerdo con el editor en este punto. ¿Qué es caro y qué es barato? ¿Cuánto vale dar a un botón y tener tu ordenador disponible, como si de un móvil se tratase? Hace un año me gasté 300 Euros en un Netbook y, mirándolo en perspectiva, fue el dinero peor gastado de mi vida. ¿Para qué gastar dinero en un ordenador con su Windows y su disco duro si luego no sirve para nada?. Algunos me dirán que en un Netbook se puede instalar un Linux y un Chrome y tener prácticamente lo mismo que te da un Chromebook, y posiblemente tendrán razón, pero eso lo dejo para ellos y para los que tengan tiempo (y ganas) para perderlo en eso. Tengo otras cosas más importantes que hacer.

4. La seguridad sigue siendo un problema.

Pues sí, para determinados usuarios y empresas puede ser un problema el poner cierta información confidencial en la Nube, sobre eso no hay discusión. Pero para la gran mayoría, eso es más un alivio que un problema. Si yo dirigiera una pequeña o mediana empresa, creo que me preocuparía más que alguno de mis empleados se dejara el portátil olvidado en la barra del bar que la posibilidad de que robaran mis datos de Google. Obviamente, esto no es extrapolable a todos los casos ni a todas las empresas, pero sí que hay muchos casos en los que es cierto.

5. La responsabilidad del mantenimientose trasladará también a la Nube.

Las actualizaciones se harán de manera automática, lo cual minimizará costes de mantenimiento a los usuarios o al personal de IT. Este punto la verdad es que también me genera bastantes dudas. Aunque un usuario particular promedio puede vivir sin problema bajo esta filosofía, en el mundo empresarial no todo es tan bonito. Es cierto que las aplicaciones basadas en web deberían de funcionar, en principio sin problemas independientemente de la versión del navegador, pero en la práctica esto sabemos que no es así. Como reponsable de software, admito que no viviría tranquilo si supiera que la responsabilidad de la actualización de los sistemas operativos en mi empresa queda en manos de Google.

Aún es demasiado temprano para saber cómo terminará todo esto. Los románticos de la informática deseamos que la propuesta de Google triunfe, aún admitiendo que es una apuesta muy arriesgada. Tiempo al tiempo. Si no es en esta ocasión, ya llegarán otras.

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