Ciberterrorismo, espionaje y guerra en la Red


Internet y las nuevas tecnologías cobran día a día más importancia en nuestras vidas y, por tanto, aumenta la lucha por hacerse con el poder en la Red y crecen también las amenazas. Un ataque a los sistemas de información de un gobierno puede ser un duro golpe en su línea de flotación. Los hackers ya no son adolescentes imberbes que penetran la seguridad de los sistemas por un mero afán de autocomplacencia, sino que están proliferando grupos organizados cuyas acciones pueden incluso influir en el curso de los acontecimientos políticos de un país. Son verdaderas acciones de terrorismo, o ciberterrorismo.
El grupo Anonymous es uno de los que está centrando el foco de atención mediática en los últimos tiempos. Su última actuación ha sido la de más calado hasta la fecha: Han realizado un ataque de denegación de servicio (DDoS) contra la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Irán y, además de conseguir la caída de la página, han conseguido penetrar en los sistemas y hacerse con hasta 10.000 mensajes de correo electrónico que contenían diversa información confidencial, números de tarjetas de crédito y pasaportes de integrantes del gobierno Iraní. No contentos con eso, han creado paquetes con la información y la han distribuido vía torrent a través del la web The Pirate Bay. Esta acción constituye un ataque cibernético sin precedentes contra un gobierno que habrá que ver cómo manejan los iraníes.

 
Está claro que el terrorismo se está trasladando a la red, y es de esperar que sucesos como estos se produzcan cada vez más a menudo en el futuro. El Washington Post publicaba el pasado miércoles que el Pentágono tiene una lista clasificada de armas cibernéticas ya aprobadas y listas para utilizar en una amplia variedad de escenarios militares. Dichas armas van desde herramientas de espionaje hasta el desarrollo de gusanos y virus que podrían introducirse en los sistemas de un país para entorpecer o incluso llegar a parar las comunicaciones o la operación de plantas de generación de energía.
Las nuevas tecnologías están cambiando conceptos como el del crimen, el espionaje, el terrorismo o la guerra y será necesario, por tanto, revisar los anticuados conceptos de seguridad de muchos países. En ese sentido, recomiendo encarecidamente la lectura de las reflexiones de John Reid en el artículo publicado hoy en The Guardian sobre este tema.

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