Activista malayo obligado a disculparse a través de Twitter


Es bastante habitual, en casos de difamación o calumnias, que si el difamador no logra probar sus acusaciones, sea obligado judicialmente a retractarse en público, en ocasiones a través de prensa escrita o televisión. Más o menos es así el caso que publica hoy The Guardian, aunque con el añadido de que, en esta ocasión, tanto las difamaciones como la posterior retracta se han producido a través de Twitter.

Fadzil Fahmi, asesor político y respetado comentarista de crónica social en Malasia, con más de 4000 seguidores en Twitter, publicó a través de Internet un caso de discriminación por parte de algunos trabajadores de la empresa BluInc sobre una amiga suya embarazada. Unas horas después, Fahmi escribió a la compañía disculpándose por su publicación, pero los abogados de BluInc le demandaron por difamación. Finalmente, el caso se ha cerrado con un original acuerdo entre Johan Syahredzan, abogado de Fahmi, y la compañía malaya: El comentarista se compromete a pedir disculpas y retractarse de sus palabras a través de Twitter. El mensaje dice lo siguiente: “He difamado a Blu Inc Media y Female Magazine. Mis tweets acerca de sus políticas de recursos humanos son falsos. Me retracto de mis palabras y pido disculpas”. El mensaje deberá ser twitteado hasta cien veces en el plazo de tres días.

Parece lógico que el desagravio se produzca por la misma vía que la difamación, pero a mí esto me recuerda a Bart Simpson escribiendo “No me fotocopiaré el culo” en la pizarra de la clase al comienzo de la serie.

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