La tecnología que amenaza nuestra privacidad

En los últimos días se han sucedido una serie de noticias que ponen de manifiesto lo que ya intuíamos: En esta época de proliferación de dispositivos móviles y redes sociales, existe una gran cantidad de herramientas que, utilizadas de manera "alegre", ponen en la Red o en no sabemos qué manos una gran cantidad de información personal que no se limita únicamente a nuestros datos personales, sino también datos de localización, hábitos de compra y prácticamente cualquier cosa que podamos hacer con un ordenador entre las manos, o incluso sin él.



Primero supimos que Apple está almacenando en los dispositivos móviles información de geolocalización de sus usuarios, que podría ser accedida posteriormente por la propia Compañía o incluso por terceros malintencionados con ciertos conocimientos. No tardamos en saber que Google también hace lo mismo en sus dispositivos Android. Ambas compañías han sido ya denunciadas y han anunciado que tomarán medidas para corregir esta situación. Veremos en qué termina la cosa.

Posteriormente nos ha llegado una noticia aún más grave. La compañía TomTom, fabricante de dispositivos GPS, vendió datos de conducción de sus usuarios a la policía en los Países Bajos. De esta manera, la policía puede conocer de primera mano los tramos en que los conductores violan con más asiduidad el límite de velocidad y colocar en ellos radares móviles para aumentar la recaudación. Una medida digna del Gobierno Español.

A todas estas noticias se une el reciente escándalo protagonizado por Sony, que mediante una brecha en su seguridad, ha expuesto los datos de 77 millones de usuarios de sus servicios Playstation Network y Qriocity, incluyendo información de tarjetas bancarias.

Lo preocupante de todo ésto es que uno intuye que todas estas noticias son la punta del iceberg, y se pregunta en qué manos estarán sus datos. Es complicado renunciar hoy día a las posibilidades que ofrecen las redes sociales, teléfonos móviles de última generación y demás gadgets, pero es importante disfrutar de ellos conociendo los riesgos asociados y con la máxima cautela. En este sentido, es muy interesante la reflexión de Enrique Dans en su blog. ¿Debemos renunciar a la tecnología en aras de la seguridad? Más bien debemos ser conscientes de sus riesgos y, sobre todo, exigir a los prestadores de los servicios la confidencialidad en el tratamiento de nuestros datos. Para ello es importante contar con las herramientas adecuadas. Leo consternado que los usuarios de PSN en España no podrán reclamar a Sony, y me parece increible que en un mundo en el que la palabra globalización se nos va a romper de tanto usarla, como decía Rocío Jurado, sigan existiendo esa cantidad de vericuetos legales cuando estamos hablando de un servicio de ámbito mundial.

Disfrutemos de la tecnología, pero seamos inflexibles con aquellos a quiénes confiamos nuestros datos. En caso contrario, seguiremos estando vendidos, nunca mejor dicho.

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