¿El píxel le está ganando al papel?

Un reciente estudio de Gartner muestra que el tiempo que pasamos leyendo contenidos en medios digitales ya se ha equiparado prácticamente al que invertimos leyendo publicaciones en papel. El estudio está basado en encuestas a través de diferentes medios a 1569 personas en seis países tan diferentes entre sí como Estados Unidos, China, Japón, Reino Unido, India e Italia. A falta de leer el informe completo, echo en falta en el análisis preliminar publicado en la web de Gartner un dato que considero de vital relevancia a la hora de analizar estos resultados: ¿Qué porcentaje del tiempo invertido en esa lectura podríamos considerar como "tiempo de lectura con objeto profesional" y qué fracción corresponde estrictamente a ocio?

Poco a poco, el papel está desapareciendo de las oficinas; cada día, en el trabajo, leemos correos electrónicos, presentaciones y otra gran cantidad de documentación en formato digital. Se sigue imprimiendo mucho papel, es cierto, pero también lo es que la mayoría de las veces es únicamente con el objeto de firmar y archivar: El documento ya lo hemos leído en nuestro PC (ya hablaremos otro día de firma electrónica). Por otra parte, ¿qué cantidad de nuestro tiempo de ocio consumimos en leer a través de dispositivos electrónicos? Leemos los periódicos digitales, leemos entradas en foros y redes digitales (no sabemos si el estudio de Gartner considerará como lectura los twitters de Belén Esteban o Sergio Ramos), e incluso hay incautos que leen este blog. ¿Pero y leer? ¿Lo que se dice LEER? Vamos, en lo que pensamos todos cuando alguien dice "me gusta leer". Es decir, novelas, ensayos, poesía... leer libros, en definitiva. Pues los datos dicen que el porcentaje de ventas de libros digitales es ridículo frente al libro en papel. Leyendo únicamente el titular del estudio de Gartner alguien podría pensar que el libro electrónico está acabando con el papel. Pues no, es mentira (de momento, pero todo llegará).

Soy defensor a ultranza del ebook. Me encanta. Tengo mi Sony PRS-500 desde que salió a la venta y encontré a alguien que pudiera traérmelo de Estados Unidos, y de eso hace ya unos años. Me encanta la comodidad de leer en la cama sin tener que sostener un ladrillo de 1000 páginas, llevarme una novela a la playa sin que el viento me pase las páginas o llevarme diez libros de vacaciones para decidir más adelante cuál de ellos leeré en función de mi estado de ánimo sin tener que añadir una maleta adicional a mi equipaje. Dicho esto, me considero un lector de toda la vida. Entiendo a los que aún no están convencidos por el fenómeno ebook. El libro electrónico es electrónico, sí, pero no es un libro. Puede incluir en esencia el mismo contenido, o incluso más, pero no huele como un libro, no tiene el tacto de un libro. Leer en un ebook no tiene el mismo sabor que hacerlo en una edición impresa. Si sumamos eso a que aún hay una edad a partir de la cual muchas personas piensan que "eso del libro digital es un lío" y al hecho de que la industia aún no ha encontrado una forma atractiva para el consumidor de vender contenidos digitales (nota mental: escribir una entrada sobre ésto) los resultados no podían ser otros: el libro en papel gana por goleada a las ediciones electrónicas.


Nota: Después de repasar el artículo y comprobar el evidente abuso del verbo leer y todas sus palabras derivadas tenía dos opciones: O corregir el estilo o justificarlo de alguna manera, así que he optado por el camino fácil y las he resaltado en negrita. Porque eso es lo que tenemos que hacer: Leer. En papel, en el ebook, en el iPad o  el 20 Minutos por encima del hombro de nuestro compañero de asiento en el metro.

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